Desde el año 1979, cada 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el objetivo de generar acciones que contribuyan a disminuir el hambre en el mundo.
Según la FAO, “unos 3 000 millones de personas no pueden permitirse dietas saludables, mientras que el sobrepeso y la obesidad continúan aumentando”. La pandemia de COVID-19 puso aún más en evidencia estas dificultades para acceder a recursos que satisfacen necesidades primarias.
En Perú, las medidas restrictivas ocasionaron pérdidas de empleos de subsistencia, que impedían a miles de familias alimentarse y acceder a servicios básicos, como educación y salud.
PARTIR DE LO POSITIVO, CENTRÁNDONOS EN LAS PERSONAS
La confianza es fundamental en la ejecución de cualquier acción que promueva el desarrollo humano. En Huachipa, la población beneficiaria es actora y gestora de su propio crecimiento, y participa en las iniciativas desde la identificación y priorización de problemas y búsqueda de soluciones.
Los comedores populares y ollas comunes son organizaciones de base y aliados invaluables, sin los cuales sería imposible realizar procesos de recuperación nutricional de niñas y niños de la comunidad. En total se atiende a 500 familias y, entre todos, distribuyen un promedio de 1200 raciones de alimentos calientes al día.
“Hoy se ha preparado seco de pollo con pallar, ensaladita, agua de maracuyá, mandarina y sopa. Tal como nos han enseñado en los talleres de nutrición, hay que acompañar las menestras o frejoles con bebidas cítricas, porque así se aprovecha mejor el hierro”, expresó la lideresa del comedor popular “Bendíceme Señor”, Valle Triunfo parte alta, Huachipa.
Con el fin de optimizar la calidad del servicio ofrecido por estos comedores y ollas, el proyecto brinda apoyo mediante talleres de capacitación en alimentación balanceada, mejoras en sus infraestructuras, donación de utensilios de cocina y para el correcto manejo de residuos, y entrega de insumos alimentarios.
Además de esto, la Fundación MAPFRE y CESAL están haciendo entrega de kits de alimentos, compuestos por 35 kilos de productos de primera necesidad a familias en situación de alta vulnerabilidad. Cada kit está calculado para complementar el consumo de un núcleo familiar compuesto por 4 o 6 miembros, durante un mes.
Con estas acciones, se espera conseguir que 200 niños y niñas de Huachipa superen la anemia, las ollas comunes y los comedores populares entreguen 108,000 raciones de comida y 550 familias hayan sido atendidas con alimentación balanceada y monitoreo nutricional.