Algunas mujeres lo están logrando, como Erida Pérez. Ahora se siente más segura de sí misma, con expectativas, emprendedora, orgullosa. Así se sienten las mujeres de Puerto Escondido, en Duvergé, que gestionan una granja con 120 colmenas. Las abejas han dado vida a mujeres que, a priori, contaban con muy pocas oportunidades.
"Si CESAL no hubiera venido por aquí creo que aún seguiríamos en la casa cocinando", nos dice Erida. Su presente y su futuro se han transformado. Las mujeres apicultoras tienen ahora nuevas oportunidades, no solo para mejorar la alimentación de las familias, por las vitaminas y proteinas que proporciona la miel. Ahora ven cómo entran ingresos en sus hogares gracias a su trabajo y cómo mejoran las condiciones de vida de toda la comunidad.
Las mujeres de Puerto Escondido son un ejemplo. Contigo lograremos que otras mujeres logren cumplir sus sueños.