Antes del año 2020, la oficina de Cesal en Lima dirigía la mayoría de sus acciones a población local en situación vulnerable, aunque con apertura para integrar a personas de otras nacionalidades, sobre todo migrantes y refugiadas venezolanas.

Sin embargo, con el inicio del Estado de Emergencia para prevenir la transmisión de la COVID-19, y ante el incremento del desempleo debido a la cuarentena, Cesal realizó un replanteamiento de objetivos, con el fin de incorporar a estas familias en los procesos de asistencia humanitaria que ya se encontraban en marcha, poniendo a disposición recursos asignados a diferentes proyectos y estrategias.

Actualmente, alrededor de 700 familias migrantes y refugiadas venezolanas se encuentran asentadas en el distrito de Lurigancho-Chosica, Lima, Perú. La intervención humanitaria oportuna ha sido indispensable para reducir las condiciones de vulnerabilidad y atenuar sus necesidades urgentes.

Los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas como eje central.

Una de las ideas centrales que movilizó la intervención de Cesal fue la afirmación de los derechos humanos de la población migrante y refugiada asentada en Lima Este, como punto de partida indispensable para su acceso progresivo a diversos servicios que, incluso desde antes de la pandemia, les eran negados.

Se procuró, por lo tanto, proyectar la certeza de que la población migrante y refugiada venezolana es un colectivo con iguales derechos que todos, que requiere ser atendido y promovido, en diálogo con las comunidades de acogida.

También se ha buscado generar en las personas beneficiarias una mayor conciencia de sus propios derechos, vinculándolas a instituciones y redes de apoyo locales.

Fortalecimiento de capacidades y medios de vida.

Cesal considera fundamental complementar las acciones de respuesta humanitaria con acciones que permitan a las personas adquirir capacidades y destrezas para salir de sus condiciones de vulnerabilidad. Por esta razón, dispuso de recursos para que participen en procesos de capacitación que, en un corto plazo, les permitan generar medios de vida.

Una de estas experiencias ha sido el Curso de Pastelería Creativa, realizado en mayo de 2022, con el apoyo de la Oficina Municipal de Atención a las Personas con Discapacidad (Omaped) de Lurigancho-Chosica.

Estrategia interinstitucional.

Para Cesal, el trabajo coordinado con instituciones locales, la incidencia, el fortalecimiento de capacidades y el equipamiento oportuno de los establecimientos de salud (y otros), son indispensables para poder sensibilizar a los proveedores de servicios e integrar a las personas refugiadas y migrantes de manera efectiva en sus planes de acción, como sujetos de derecho.

Las instituciones públicas aseguran diversos niveles de atención y servicios, soluciones integrales a diversas problemáticas y garantizan la continuidad y sostenibilidad de los procesos.

Cesal también mantiene un diálogo abierto y honesto con las organizaciones de base y las personas establecidas en la zona de intervención, que constituyen las comunidades de acogida, reconociendo sus dificultades y, en lo posible, contribuyendo a conseguir soluciones, de acuerdo con la naturaleza de cada intervención.