"Mi nombre es Carla María Nunes Da Silva. Tengo 33 años y soy presidenta de la Asociación de Capezulo, situada en el distrito de Matutuine. La formamos unas 20 agricultoras, 40 en total y se nos viene apoyando gracias a un proyecto que impulsa CESAL con fondos de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) sobre empoderamiento de familias y mujeres vulnerables introducendo técnicas de comercialización y producción ambientalmente sostenible.
Como Asociación, se nos invita a formar parte de la Unión de Asociaciones Agrícolas de Matutuine (UAAMAT), compuesta por 25 entidades, para participar en una formación especializada sobre alimentación y nutrición saludable para apoyar a mujeres y niños. El objetivo de CESAL era la creación de un grupo o foro de intercambio de experiencias.
Este proceso formativo se ha orientado en dos líneas. Por un lado, hemos aprendido a cómo cuidar a niños y niñas de 0 a 5 años en temas nutricionales y a mejorar la alimentación de mujeres embarazadas y vulnerables. Por otro lado, CESAL nos ha orientado en la parte productiva de nuestras pequeñas huertas, en proceso de grave deterioro desde hace años. Los campos estaban secos, no teníamos semillas, no cultivábamos adecuadamente… En este momento nuestras huertas se encuentran en fase de siembra y disponemos de la canalización y el agua suficiente para el riego.
Para mí hablar de CESAL es hablar de conocimiento, de formación. Ahora estamos dando un paso más. Comenzamos a aprender a comercializar nuestros productos como asociación agricultora.
Ahora nos sentimos plenamente útiles, somos protagonistas de lo que tenemos delante y vemos a un socio que nos cuida como CESAL, que se preocupa por nuestra formación y el cuidado de nuestras mujeres y familias. Así, el proyecto ha permitido abrir nuevos horizontes de trabajo, comercialización y negocios para jóvenes y mujeres no solo formando a las asociaciones, sino impulsando nuevos procesos de desarrollo de las comunidades y la zona".