Antes de que los huracanes Eta e Iota impactaran a Honduras, muchas comunidades ya tenían un huracán encima, uno que causa enormes estragos y del que día a día las comunidades buscan salir a flote, el huracán de la violencia. Ante esa realidad que se ha recrudecido con los embates de la pandemia de la COVID-19 y el impacto de los dos fenomenos naturales que inundaron al país en 2020, CESAL retomó su trabajo en el Valle de Sula, mediante las acciones del "Proyecto Educando para la Convivencia y la Paz (ECOPAZ)”, financiado por el Servicio de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Sevilla.
Con esta iniciativa CESAL, junto a seis (6) Centros de Educación Básica (CEB) de los sectores Chamelecón, Satélite y Rivera Hernández en las periferias de San Pedro Sula, busca fomentar la construcción de una cultura de paz y de convivencia, que asegure la participación, el acceso y el disfrute del derecho a la educación de niños, niñas y adolescentes de estas zonas del norte del Honduras.
En los ultimos meses, CESAL conformó 5 de los 6 “Comités de Convivencia Escolar, CCE”, en los que participan docentes, madres y padres de familia y estudiantes. Cada CCE es un espacio de aprendizaje y de accionar colectivo, mediante el cual se desarrollarán procesos y talleres formativos sobre participación ciudadana y comunitaria, democracia y liderazgo, con el objetivo de que ellos deriven en acciones tangibles, organizadas dentro de las comunidades por cada comité.
No cabe duda de que los retos en estos últimos meses han sido enormes, el repunte de contagios de COVID-19 que se ha producido por el hacinamiento en las comunidades y centros educativos luego de los huracanes, ha provocado que la comunidad educativa esté menos disponible o accesible para el desarrollo de algunas actividades. Además, Centros Educativos como el CEB Roberto Larios Silva, de la colonia Morales 3 en Chamelecón y el CEB Rosa de Russel de la colonia Llanos de Sula en el sector Rivera Hernández lo perdieron todo durante los huracanes. Las inundaciones rompieron los muros perimetrales de estos centros, y el mobiliario, equipo y material didáctico quedó inservible; los otros cuatro centros educativos con los que el proyecto trabaja, hasta hace algunos días aún eran albergue para decenas de familias damnificadas.
Pese a todo ello, la violencia en las zonas sigue siendo un flagelo de urgente intervención. El equipo de CESAL ha logrado llegar ya a unas 900 personas con las acciones iniciales del proyecto, mediante diversas estrategias tanto de forma virtual, como con la búsqueda casa a casa en las comunidades. Para el logro de cada uno de nuestros avances, ha sido fundamental la construcción de alianzas con otras organizaciones que están brindando atención humanitaria o servicios de formación educativa y de Salud Sexual y Reproductiva en la zona, puesto que muchos niños y niñas aunque están inscritos en sus centros educativos, fueron desplazados de la zona y otros no cuentan con acceso a internet, ni a equipo electrónico.
Hacer ECO de la PAZ en estos contextos que empujan hacia el desplazamiento y la migración debido a la desigualdad, la pobreza y la violencia sigue siendo urgente; para CESAL acompañar a las comunidades en ese esfuerzo, es una labor que con pasión y entrega seguiremos realizando.